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Luis Gerardo Díaz Núñez, La Teología de la Liberación La- tinoamericana Hoy. El desafío globalizador y posmoderno, México, CiALC-UNAM, 2009, (Col. Política, Economía y Socie- dad en América Latina y el Caribe, 8) 382 pp.

El estudio y tratamiento de este tema es un asunto complicado, porque nos remite a una serie de coordenadas teóricas y disciplinarias que en términos muy concretos no es tarea sencilla, entre otras razones, porque “normal- mente” al desplegarnos en otros espacios que no son los propios se consti- tuye un ejercicio que muestra claroscuros, es decir, hemos estado tan anclados en nuestras posiciones que desarrollar estos desdoblamientos en muchos casos es una tarea azarosa. Hago esta puntualización, porque pre- cisamente este libro nos lleva por esos caminos, el ejercicio interdisciplina- rio. Por otra parte, hablar de teología, sobre todo, de teología de la liberación en nuestros contextos nos lleva a analizar un conjunto de realidades que van más allá de la simple exposición o enunciación. Es decir, esta teología, cuando apareció en la escena socioreligiosa fue fuertemente impugnada por los contenidos que ofrecía, a pesar del tiempo transcurrido, y de los ataques sufridos sigue teniendo presencia y vigencia en el medio socioeclesial. No es una casualidad que esta teología se siga sosteniendo después de tres dé- cadas de su primera formulación a finales de los años sesenta. Ésta es una de las cuestiones centrales que nos ofrece este libro.
En este orden, llama la atención la forma en que está dividido el texto, hace de su estudio y análisis un ejercicio denso por los elementos que están inscritos en él. El trabajo en cuestión contiene: una presentación, un pró- logo, una introducción general, cuatro capítulos con sus respectivas con- clusiones. El capitulado que nos ofrece, considero que es desafiante. El texto en su primer capítulo “América Latina ante el neoliberalismo y la globaliza- ción”, en términos muy concretos contextualiza todo el trabajo: nos mues-
tra los efectos nocivos que han tenido en nuestra América estos fenómenos

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en diverso nivel y orden como el social, político, económico, cultural, así como las perspectivas que se le muestran a la Teología de la Liberación (TL)desde estas vertientes. Un aspecto nodal es lo difícil que ha sido lidiar con la imposición ne- oliberal.
El segundo capítulo es un verdadero reto que nos lanza el autor al intro- ducirnos en una temática aguda: mostrar la pervivencia, la presencia, las fun- ciones sociales de la religión, así como su potencial simbólico, el auge de la filosofía y la sociología de la religión en sociedades secularizadas o altamente secularizadas, la crítica moderna y posmoderna de la religión. Este asunto si lo vemos con mayor profundidad es en extremo desafiante por dos razones: la pri- mera es preguntarse sobre los fundamentos que sustentan dichas tesis, esto es, la pervivencia y presencia del fenómeno religioso en este tipo de sociedades; se- gunda, cuáles son los argumentos que sostienen la necesidad de la trascenden- cia en la posmodernidad, cuestionamientos que subyacen en este apartado, cual termina con dos elementos que tienen su complejidad, al hablar sobre las lla- madas prácticas religiosas informales, el pluralismo religioso y nuevas formas de religiosidad, cuestión demandante, a la vez que acuciante. Poniendo en pers- pectiva este punto, para la llamada sensibilidad posmoderna, la cuestión reli- giosa, simple y sencillamente es cosa del pasado, es un referente para sociedades premodernas o tradicionalistas. Por ello se afirma que encarar un problema de estas dimensiones a estas alturas de los tiempos, es para ser tomado en serio y analizado con profundidad.
El tercer capítulo nos lleva por un camino ya transitado en el contexto lati- noamericano, a la vez, tiene una ruta en extremo dilatada, nos referimos a la di- mensión utópica y a los referentes que ha tenido este discurso entre nosotros. La utopía tiene como complemento lo que el autor denomina la esperanza cris- tiana, esto es, son dos elementos que muestran la proyección y actualización de lo deseable y lo posible para nuestras sociedades. En palabras de Luis Gerardo Díaz esto significa: “La búsqueda de un futuro mejor, que sin lugar a dudas ejerce la función crítica y potenciadora de esta Teología y del movimiento sociorreli- gioso latinoamericano emanado de ella. En este sentido, la TL forma parte de los
grandes proyectos utópicos latinoamericanos, de esas energías utópicas orien-

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reseña

tadas a la transformación de nuestra realidad” (pp. 248-249). El peso de estas configuraciones en nuestros espacios obedece a una creciente e impostergable tarea de construir, imaginar y anhelar sociedades que tengan como meta inde- clinable la justicia, la igualdad y la solidaridad. Ésta sería el sentido último que el autor le da a la utopía y a la esperanza, y la necesidad de ellas a estas alturas de los tiempos.
Avanzar en la lectura del libro, llegamos al capítulo cuarto, que en términos concretos es el clave, porque sintetiza y condensa toda la discusión que nos pro- pone el autor. Se muestra cómo la Teología de la Liberación latinoamericana es una propuesta teórica y práctica vigente, con sus altibajos, pero está en pie, lo relevante del asunto es que sus fundamentos y planteamientos siguen siendo ob- jeto de análisis, reflexión y crítica. Un ejemplo de ello es cómo está subdivido este capítulo, la emergencia de nuevos paradigmas, la transformación del dis- curso liberador en el ámbito teológico, pasa revista a las diversas generaciones de teólogos de la liberación, esto es sumamente importante porque nos hace ver la evolución de esta teología desde su formulación primigenia hasta el presente. En este punto hay un subtema sugerente sobre los: “Aportes teológicos desde América Latina: cristología y eclesiología latinoamericana”, asunto digno de ser mencionado porque muestra dos aspectos fundamentales para entender a ca- balidad la propuesta que nos hace la teología de la liberación, también reflexiona sobre la ética, la moral y el humanismo desde esta teología. Asimismo hace una exposición puntual sobre las nuevas vertientes que han enriquecido y matizado esta propuesta, entre otras: la teología ecológica, feminista, india, afroameri- cana, intercultural e interreligiosa, concluye con una revisión sobre la posición que guarda la Teología de la Liberación actualmente.
Como se puede observar, acercarse a esta discusión conlleva una serie de elementos por demás densos, es decir, proponernos el estado de la cuestión en torno a la teología de la liberación no es tarea sencilla, es un trabajo que implica un desarrollo pormenorizado de todas y cada una de sus partes, para poder ob- tener una visión clara, ponderada y objetiva de sus logros, alcances y límites.
Concluyo mencionando que este análisis es un ejercicio teórico que exige
un esfuerzo de síntesis y valoración minuciosa sobre los aportes que nos ofrece,

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tomando en cuenta que es una temática compleja y abigarrada. El trabajo reali- zado nos interpela en el nivel de una crítica puntual sobre nuestras realidades, así como tomar conciencia, una vez más, de los enormes retos que tenemos por delante en nuestra América. Concuerdo plenamente con el autor en el sentido de que todo aporte que camine en la búsqueda y concreción de la liberación es bienvenido, válido y pertinente, para el caso que se ha expuesto, esta teología ha dado un enorme fruto en medio del pueblo pobre latinoamericano.
ÓSCAR WiNGARTZ PLATA

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