García Fernández, Javier. Descolonizar Europa. Ensayos para pensar históricamente desde el Sur. Madrid: Brumaria, 2019, 245 pp.
Sumergirse en las raíces pretéritas de Andalucía, en la periferia al extremo sur de Europa, para entender la generación del sistema mundial moderno. Este es el atractivo desafío que propone Javier García Fernández, investigador del Centro de Estudos Sociais da Universidade de Coimbra (Portugal): “Atender al desarrollo de la conquista de Al-Andalus y la formación de Andalucía nos hará entender el desarrollo del sistema mundial moderno colonial en su primera fase de expansión, aún en Europa” (11).
Descolonizar Europa. Ensayos para pensar históricamente desde el Sur recopila siete ensayos que el autor ha generado entre 2015 y 2018, unas veces bajo el estilo de un artículo académico y otras con la impronta de una conferencia oral transcrita, pero siempre bajo un mismo anhelo argumental: la descolonización de Europa. Más de doscientas páginas de travesía histórico-política para sumergirse, desde las periferias europeas, en una reconstrucción no-eurocéntrica de la génesis del sistema-mundo capitalista.
La teoría decolonial1 y las epistemologías del Sur (Santos2) sirven como marco teórico de un hilo argumental que, entre citas a Enrique Dussel, Immanuel Wallerstein, Aníbal Quijano, Edgardo Lander y Ramón Grosfoguel, entre otros, analiza los procesos de conquista generados al sur de Europa como el producto de una ‘colonialidad interna’ que termina configurando el patrón de poder colonial,3 capitalista y racista que terminará expandiéndose a otros territorios, a través del encubrimiento de 1492.
La primera parte, “Descolonizar el pensamiento y conquistar la tierra: soberanía alimentaria y movimiento campesino internacional”, expone el locus de enunciación que mantiene toda la obra: “Pensar desde el Sur es pensar desde abajo, es un pensar junto a la tierra, es un pensar que, por tanto, está lleno de particularidades. […] Es también un pensamiento que nace de la comunión entre pensamiento, acción política y lucha por la dignidad. Un pensar situado y rebelde. Un pensar digno” (pp. 19-20).
Con esa confesión epistemológica de partida, García se acerca a las luchas sociales tanto regionales (andaluzas) como internacionales (la propuesta de soberanía alimentaria de La Vía Campesina). Lo hace no con la pretensión del historiador que recopila los datos necesarios para ofrecer una reconstrucción del pasado, sino con las convicciones del intelectual-activista que, mediante un trabajo de arqueología humana, hila las memorias de quienes vivieron los conflictos sociales y la violencia política. “La cuestión […] sería cómo pensar la manera en la que los tejidos de palabras vivas dan lugar a las verdades no absolutas, sino encarnadas. Verdades de la tierra, no de los cielos” (31-32).
Así es como se llega a la propuesta de que la transición al socialismo que defiende el autor debe asumir el paso a una soberanía alimentaria y a una agroecología, en un escenario en el que las sociedades campesinas y el movimiento campesino internacional se erigen como piezas subversivas fundamentales en el actual tablero geopolítico, con la tierra ligada antes a la economía que a la vida.
El segundo texto, “Latifundio, capitalismo y colonialidad interna estructural (siglos XIII-XVII): estrategias teóricas para pensar históricamente el latifundio andaluz”, reflexiona acerca de la formación histórica de la actual Andalucía, desde la conquista de Al-Ándalus (1212-1492) y a partir de una revisión crítica de la cuestión agraria, concretamente, del latifundismo andaluz. La tesis de partida es que “la conquista de Al-Ándalus fue el primer episodio histórico en la génesis de la formación del sistema-mundo moderno, así como del capitalismo histórico. Ese modelo de conquista militar y apropiación del otro generaría el primer sujeto político basado en relaciones coloniales de poder” (50-51).
Dicho en otras palabras, la génesis de la Andalucía moderna se produjo bajo patrones de conquista y colonialidad que provocaron el primer latifundismo moderno y que posteriormente constituyeron la génesis del capitalismo global. Este replanteamiento de la teoría del sistema-mundo (Wallerstein4) desde Andalucía cobra una especial importancia a la hora de revisar hechos como el encubrimiento del otro de 1492, pues con ello se remueven los cimientos que sujetan la idea de Europa en el trasfondo de la Modernidad.5 Las tesis conclusivas de García son muy claras al respecto: la formación histórica de la Andalucía moderna muestra elementos que se repiten en el proceso de formación del capitalismo, tanto andaluz como español, con consecuencias claras para el desarrollo del sistema-mundo durante los siglos XVI a XIX. Es decir, la conquista de Al-Ándalus por parte de los reinos cristianos supone un antecedente histórico de la formación del sistema-mundo. Y, “por tanto, el colonialismo moderno surge, en su génesis, en la propia Europa” (92). Es lo que el autor denomina como “colonialidad interna estructural”.
El tercer ensayo, “Descolonizando a Marx: cuatro tesis para pensar históricamente Andalucía”, reinterpreta la filosofía de la Historia marxiana desde dos ejes de trabajo: la citada colonialidad interna estructural de Andalucía y el modelo latifundista como expresión de explotación. “El primer paso que habría que dar, y sin duda uno de los más importantes, para llevar a cabo una descolonización epistemológica de la obra de Marx […] tiene que ver con re-configurar el mito español de la Re-conquista, en el que también cae el teórico alemán” (103).
Esta descolonización de Marx es abordada a partir de cuatro planteamientos: primero, la conquista de Al-Ándalus como la fase dos de un proceso de acumulación originaria de apropiación por violencia; segundo, la expansión del Imperio español desde los mal llamados Reconquista y Descubrimiento “dos fases de un mismo proceso de expansión imperial y conformación del sistema mundial” (120); tercero, la formación de un mercado de trabajado asalariado en el ámbito agrícola; y cuarto, la formación del latifundismo histórico “la nueva matriz de poder generada con los repartos de tierra por derechos de conquista constituyen un contexto favorable para la mercantilización de la tierra, su compra y venta masiva, dando lugar así a formas contemporáneas de propiedad privada” (133).
El cuarto capítulo “La colonialidad interna estructural en la construcción de la Europa moderna” desmenuza desde una óptica histórico-colonial la formación de las categorías de ‘Estado’ y ‘nación’, así como de la dialéctica Norte-Sur en el contexto de la formación de la España moderna. A través de un acercamiento a los marcos teóricos de las epistemologías del sur y de la corriente de la modernidad/colonialidad,6 analiza cómo y hasta qué punto la matriz de colonialidad interna estructural estuvo asociada a la construcción de los procesos políticos europeos entre los siglos XV y XIX.
De esta forma, sobre la mesa aparece el paradigma de la conquista interna como un proceso propio de la Europa capitalista. Un marco de conquista interna que, unido a la vertiente externa, otorgó a la monarquía castellana una posición dominante en el sistema mundial moderno, lo que a la postre significó la universalización de sus particularismos. Asimismo, García aterriza sus planteamientos subrayando que “narrativas como la nación revolucionaria en Francia, il risorgimento en Italia o la reconquista en España han sido fundamentalmente construcción que se han llevado a cabo por parte de las clases dirigentes del Estado” (190-191).
Los análisis quinto y sexto son los de menor envergadura, pues el espacio reservados para ambos apenas excede en cada caso la decena de páginas, lo que da pie a una exposición sugerente pero no profunda de los mismos. En concreto, “Reflexiones para una Historia decolonial de Andalucía” abre una serie de interrogantes que la obra invita a repensar más allá de sus páginas: ¿qué significa pensar desde Andalucía? ¿Y las ciencias sociales desde Andalucía?
Por su parte, “Pensar las emancipaciones: forma-Estado y forma-Nación en los procesos soberanistas del siglo XXI” está formulado en el contexto de la celebración del referéndum de independencia de Cataluña de 2017. Ofrece una especie de “cartografía intelectual de las naciones sin Estado” (207) en la actual Europa. Frente a una Europa planteada en abstracto, formulación que por lo general esconde los límites de la Europa noroccidental, surgen una serie de preguntas que nuevamente invitan a la reflexión más allá de las líneas que traza el autor: ¿puede pensarse hoy una Europa de naciones y en qué sentido? ¿Podrían dichas comunidades nacionales no ser vehiculadas por un sector vanguardista? Como orientaciones de fondo, el autor propone “ir más allá de la conformación de naciones tal y como las conocemos” (213), asegurando que el mero planteamiento de los procesos de empoderamiento nacional-populares “tiene un enorme potencial emancipatorio y democráticos para diseñar otra Europa” (215).
El séptimo y último apartado, “Conferencia en la Universidad Nacional Autónoma de México junto a Enrique Dussel”, transcribe la ponencia que García impartió en el país nuestroamericano, como investigador invitado por Dussel. Con el objetivo de repensar decolonialmente la historia de Europa, de reflexionar Europa desde el Sur de Europa, se presenta a Andalucía como el lugar “desde donde partió la experiencia americana. Si hay un laboratorio en Europa, […] es justamente en Andalucía. Andalucía sería un antecedente del proceso de la modernidad en todos los sentidos: concepción del ser humano, el tipo de propiedad, cómo se construye la naturaleza” (219-220). En definitiva, es en Andalucía donde, a juicio del autor, doctorando bajo la dirección del sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos, se pone la primera piedra de un mismo patrón de poder que posteriormente se exportará a otras latitudes, un esquema de dominio “capitalista, patriarcal, racista y colonial” (221).
Precisamente descolonizar ese andamiaje teórico es lo que se propone García a lo largo de toda su obra y, muy especialmente, en este último apartado, para lo cual se sumerge en el llamado feudalismo europeo: “Es importante desarticular el proyecto histórico y […] eso nos ayudará a descolonizar Europa y a que nuestros proyectos políticos continentales y nuestros procesos de transformación encuentren un diálogo más horizontal, desde esa provincialización de Europa, desde esa desarticulación y descolonización de lo que significa la idea de Europa” (242-243).
En suma, García ofrece un análisis histórico-político al que hay que agradecer que en ningún momento esconda su posición de partida: el activismo militante en la izquierda nacionalista andaluza: “Estos textos […] son tan solo el desgarro que nace por mi patria, por mi pueblo. Nuestra Andalucía que llora y que ríe. Estos textos son parte del esfuerzo vital, militante y político de reconstruir las fuerzas del nacionalismo andaluz de izquierdas, que hoy tan maltrecho vemos derrotado” (14). La sugerente hipótesis de pensamiento y de acción que plantea Descolonizar Europa. Ensayos para pensar históricamente desde el Sur abre caminos hasta ahora muy poco transitados, por los que continúa caminando García en su tesis doctoral, de la que esta obra hace las veces de aperitivo.
Más allá de alguna cuestión de estilo que obliga a regresar pausadamente sobre lo leído, se trata de una propuesta interesante y bien argumentada, que cumple con el propósito de partida, a través de una fórmula apenas explorada hasta ahora: entender Andalucía, para entender Europa y así entender el sistema-mundo. Una perspectiva de trabajo que, aterrizada en otras periferias del Norte, promete remover muchas conciencias en los próximos años.
fn1Para un acercamiento a la teoría decolonial véase Restrepo, Eduardo y Axel Rojas. Inflexión decolonial: fuentes, conceptos y cuestionamientos. Popayán: Instituto de Estudios Sociales y Culturales Pensar, 2010.
fn2Al respecto de las epistemologías del Sur, véase Santos, Boaventura de Sousa. Justicia entre saberes: epistemologías del Sur contra el epistemicidio. Roc Filella (trad.). Madrid: Morata, 2017 [2014].
fn3La colonialidad del poder ha sido ampliamente estudiada por Quijano. Véase “Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina”. La colonialidad del saber. Eurocentrismo y ciencias sociales, perspectivas latinoamericanas. Edgardo Lander (ed.). Buenos Aires: CLACSO, 2000. 201-246.
fn4Al respecto del planteamiento del sistema-mundo, véase Wallerstein, Immanuel. El moderno sistema mundial. Pilar López (trad.). Madrid: Siglo Veintiuno, 1979 [1974].
fn5Esta hipótesis de trabajo es desarrollada en Dussel, Enrique. 1492: el encubrimiento del otro. Hacia el origen del ‘mito de la modernidad’. La Paz: Plural, 1994.
fn6Un acercamiento a esta escuela de pensamiento puede revisarse en Castro-Gómez, Santiago. “El paradigma de la modernidad/colonialidad”. La hybris del punto cero: ciencia, raza e Ilustración en la Nueva Granada (1750-1816). Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 2005. 42-64.
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