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Varesi, Gastón Ángel. Kirchnerismo y neodesarrollismo. Hegemonía, acumulación y relaciones de fuerzas en la Argentina. Buenos Aires: Luxemburg, 2021.

DOI: https://10.22201/cialc.24486914e.2023.77.57588

Mucho se ha escrito en los últimos años sobre el ciclo de gobiernos kirchneristas en Argentina (2003-2015), desde una variedad de registros: periodísticos, testimoniales, ensayísticos y académicos. El libro que aquí se reseña se inscribe en esta última categoría, sumándose a una amplia biblioteca conformada por cientistas sociales contemporáneos, en particular argentinos y latinoamericanos. En este profuso marco de obras que analizan diferentes aspectos de los gobiernos kirchneristas, Gastón Varesi propone un análisis integrador del fenómeno bajo estudio, que recupera y dialoga (con) la bibliografía especializada y se articula con base en su propia perspectiva teórica, la cual abreva en la tradición marxista, en general, y gramsciana, en particular.

El kirchnerismo, en tanto fuerza, movimiento e identidad política, ha representado —según señala el mismo autor en la introducción del libro—, un hecho significativo que establece un hito en la historia del país. A la par, se trata de uno de los protagonistas del giro progresista, nacional-popular o a la izquierda (según las disímiles denominaciones en boga) que vivió la región latinoamericana en la primera década y media del siglo en curso. Esto es, un ciclo político regional caracterizado por una apuesta —con sus particularidades nacionales y sus distintas manifestaciones y grados de ruptura— por la distribución de la riqueza, el aumento de los grados de autonomía y soberanía nacional y el impulso a la integración regional, entre otros aspectos.

Tal como señala el profesor Aníbal Viguera en el prólogo, Varesi ofrece en esta obra una síntesis de sus propias investigaciones previas sobre los gobiernos kirchneristas, construyendo un panorama analítico y cronológico que da cuenta de la compleja trama que articula política, economía y sociedad durante aquel ciclo de gobiernos. En efecto, el autor ha indagado el kirchnerismo y el neodesarrollismo argentino a lo largo de más de una década, habiendo plasmado los resultados en sus tesis de Maestría y Doctorado en Ciencias Sociales (en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata, Argentina) y en numerosas publicaciones.

En línea con sus investigaciones previas, Varesi ordena su análisis con base en lo que denomina dos ejes estructurantes: la construcción de hegemonía a nivel del Estado y el proceso de acumulación de capital. Para el primero de estos dos carriles que vertebran su investigación, el autor aborda las estrategias discursivas que configuraron el kirchnerismo, a partir de las dinámicas identitarias y el antagonismo, a la par de las tácticas en la conformación de la fuerza política. En cuanto al segundo carril, elabora una distinción conceptual entre régimen y modelo de acumulación, donde el primero tiene un mayor alcance, escala y especificidad, y pudiendo contener modelos de acumulación diferentes, a la par que diferenciando tres grandes componentes: políticas económicas, variables económicas y clases sociales. Aquí postula una hipótesis de trabajo que guía su investigación: comprender al neodesarrollismo como un amplio régimen de acumulación, inaugurado en las rupturas ejercidas por el gobierno de Eduardo Duhalde (2002-2003), dentro del cual se desplegó y consolidó, durante el gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007), un primer modelo de acumulación definido como productivo-exportador, en articulación con políticas de recuperación de los ingresos populares (esto es, combinando crecimiento con inclusión, según el lema kirchnerista). Este modelo encuentra una primera crisis en 2008, ante la crisis capitalista mundial y el “conflicto del campo” en Argentina, frente a lo cual el gobierno responde con lo que Varesi denomina como una “radicalización progresista”, y se ve luego erosionado en sus pilares, presentando signos de desgaste hacia los últimos años. Sin embargo, el autor plantea que no se trataba de un agotamiento del régimen de acumulación sino del modelo en particular, por lo cual la posible configuración de otro modelo de acumulación dentro del régimen neodesarrollista se encontraba abierto y sujeto a disputas hacia los últimos años del ciclo de gobiernos kirchneristas.

El itinerario del libro sigue un orden que parte, en su primer capítulo, de las coordenadas conceptuales que constituyen el enfoque del autor (desde Marx y Gramsci, articulando aportes de autores como Poulantzas, Laclau y O’Donnell) y presenta luego lo que se denomina como un “doble preludio”, conformado por la gran crisis argentina de 2001 y las “políticas fundacionales” del neodesarrollismo argentino instauradas en 2002. En los siguientes capítulos se abordan cronológicamente los gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández de Kirchner (2007-2011 y 2011-2015).

En el segundo capítulo, se examina la constitución de la hegemonía kirchnerista, bajo el primer gobierno de aquel ciclo, a la par del devenir del neodesarrollismo argentino. Se parte de la “doble debilidad de origen” del gobierno de Kirchner y se indaga en la estrategia hegemónica desplegada para torcer las relaciones de fuerzas políticas. En primer lugar, se pone el foco en la dinámica discursiva y la constitución de la identidad kirchnerista, en antagonismo con el ideario neoliberal. Se aborda luego la ampliación de la autonomía relativa del Estado, tanto en el ámbito nacional como internacional, a la par del impulso a la integración regional de signo latinoamericanista y multipolar. Se analizan luego tres tácticas desplegadas para la conformación de la fuerza política, el Frente para la Victoria: a) la transversalidad, en busca de articular y resignificar demandas de los movimientos sociales; b) la acumulación de fuerzas para la progresiva conquista de la estructura del Partido Justicialista; c) la concertación, en pos de la incorporación de sectores de otros partidos tradicionales. Se aborda luego el proyecto político-económico de gobierno, el cual se enmarca en una determinada cultura política, el peronismo. Se plantea aquí la tesis de que la hegemonía kirchnerista cobró forma a través de una “doble lógica del populismo”, la cual se expresa tanto como lógica de articulación de demandas como también en tanto pacto populista, esto es, una estrategia de alianza de clases dirigida desde el Estado y que buscó equilibrar el capital productivo con las clases subalternas.

El tercer capítulo se centra en el conflicto agrario de 2008 como un punto de inflexión del kirchnerismo y el neodesarrollismo argentino. El autor despliega un análisis territorial del proceso de acumulación, poniendo el foco en el circuito productivo sojero del país y el subsistema de agronegocios, en busca de dimensionar el poder estructural acumulado de las patronales agropecuarias que se enfrentarían al gobierno a raíz de la controvertida Resolución 125, que establecía un régimen de retenciones móviles a la soja y sus derivados, entre otros productos agrícolas. Se indaga luego en la dinámica política del conflicto, con base en una perspectiva de sociología política que pone el foco en las estrategias discursivas, la constitución de demandas y la acción colectiva. Se concluye con el planteo acerca de que se advirtió en este conflicto un proceso en que un conjunto de contradicciones se volvió antagónico, superando el momento gremial de disputa para contener una lucha hegemónica mayor por el proyecto de sociedad.

El cuarto capítulo aborda el segundo gobierno kirchnerista luego de ese fatídico 2008, marcado por el conflicto agrario en el entorno nacional y la crisis capitalista en el ámbito mundial. En primer lugar, se aborda el plan anticrisis del gobierno y sus impactos en cuanto al modelo de acumulación. Luego se enfoca en la denominada “radicalización progresista”, desplegada frente a la pérdida de adhesiones al interior de las clases dominantes y la conformación del alineamiento opositor de signo neoliberal. Se abordan aquí las principales medidas tomadas en dirección al fortalecimiento del Estado y su capacidad de regulación e intervención (en materia de telecomunicaciones, seguridad social y sectores estratégicos de la economía), en confrontación con sectores del bloque de poder y habilitando conquistas sociales favorables a las clases subalternas. Se indaga también en un escenario internacional contradictorio, marcado tanto por el auge de organismos de integración regional autónoma como la Unión de Naciones Suramericanas (unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (celac), como por una incipiente contraofensiva imperialista por parte de Estados Unidos y sus aliados criollos.

El quinto capítulo se focaliza en el tercer y último gobierno kirchnerista, marcado tanto por nuevas reformas como por la creciente acumulación de tensiones. Se abordan aquí un conjunto de medidas (en materia financiera, energética, industrial y de política social) abocadas a incidir en un modelo de acumulación que comenzaba a mostrar signos de desgaste: “crisis energética”, restricción externa, entre otros. Se pone el foco, luego, en estos factores de crisis y las contradicciones que comenzarían a jaquear el neodesarrollismo argentino, planteando una serie de obstáculos estructurales que encontró el proyecto político-económico kirchnerista: la pervivencia de altos niveles de extranjerización y concentración económica, la dinámica inflacionaria, la “reticencia inversora” y las prácticas rentísticas del bloque de poder. Se aborda a continuación el adverso escenario internacional, signado por el conflicto con los holdouts (o “fondos buitres”), a través de los cuales Estados Unidos bloqueó explícitamente la posibilidad de resolver los factores de crisis macroeconómica argentina mediante financiamiento externo. Se concluye con ciertos factores de desgaste de la estrategia hegemónica que culminarían en la derrota electoral de 2015, algunas de las cuales son de índole estructural, como el colapso de la estrategia de pacto social y la pérdida de aliados clave (el sindicalismo peronista conducido por Hugo Moyano, el sector peronista liderado por Sergio Massa y ciertos sectores del empresariado industrial, fundamentalmente), y otras de índole coyuntural que refieren a determinados errores en el contexto electoral de 2015.

El libro cierra con un sexto capítulo de conclusiones y reflexiones para el presente, el cual se aboca en realizar un balance de la experiencia kirchnerista y del neodesarrollismo argentino, evaluando alcances y limitaciones. Con respecto a la dimensión del proceso de acumulación, se ponderan los avances que se han señalado respecto al papel del Estado, el desarrollo industrial y políticas distributivas, y se pone el foco en el obstáculo estructural que representó una matriz productiva oligopólica, desarticulada y dependiente. Se detiene en el carácter endeble de la estrategia kirchnerista de consolidar una “burguesía nacional” que pudiera motorizar el desarrollo, indagando en los pequeños márgenes que presentaba la economía argentina para tal apuesta. Se presentan, en fin, ciertos límites estructurales que encontró el proyecto político-económico de gobierno, articulados con determinados límites en la política pública y con la misma dinámica de disputa hegemónica. Ello se sintetiza en la fórmula de un “corset sistémico”, dado por los límites que representaron la extranjerización para la potencia nacional del proyecto y la concentración económica para su potencia popular. Se concluye planteando un dilema que el autor extrae de la experiencia kirchnerista, anclado en el par “profundización rupturista” versus “restauración neoliberal”. Ello refiere, por un lado, a la necesidad que se pudo advertir con respecto a equiparar las transformaciones en el ámbito económico-estructural con la potencia de los cambios ideológico-culturales que proclamaban a la política y a la participación popular como vía de dirección de las sociedades. Por otro lado, se afirma que las bases de sustentación de un proyecto hegemónico como el planteado por el kirchnerismo parecen residir en la ampliación de los componentes “heréticos” y “plebeyos” de la fuerza hegemónica, mediante la formación de un sujeto-pueblo que pueda impulsar un horizonte emancipatorio (“en el fondo, la clave se encuentra en los sujetos: materializar la construcción de un poder popular”, señala el autor).

En fin, este libro de Gastón Varesi constituye un valioso aporte, de lectura fluida y amena, que brinda una enriquecedora mirada de conjunto del ciclo de gobiernos kirchneristas y el neodesarrollismo en Argentina, indagando en la constitución, entrelazamiento, tensiones y articulaciones entre ambos fenómenos. A su vez, se trata de un análisis que guarda vigencia para reflexionar sobre las tensiones y dilemas que se le presentan al actual gobierno nacional argentino y la amplia coalición política que lo conforma (Frente de Todos), los cuales son herederos —con sus particularidades, similitudes y diferencias— de la experiencia kirchnerista y neodesarrollista.

Julián Bilmes

jbilmes@fahce.unlp.edu.ar

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